sábado, 20 de agosto de 2011

Capítulo 3.

Después del incidente en la comisaría Jared no paraba de comerse la cabeza pensando en Somnus. No le había preguntado su apellido, pero suponía que no se acordaría.
La siguiente cuestión era: ¿Por qué  no la había llevado al hospital? Porque la chica no estaba involucrada en el accidente de tráfico... no tenía ni un rasguño... solo estaba inconsciente.
En el fondo sabía por qué era tan protector con ella. NO, NO PIENSES EN ESO, se dijo.
Sí, Somnus le recordaba a... ella, al que era el amor de su vida. Toda persona tiene sus fantasmas del pasado, y Jared no era una excepción.
Jared tenía una hermana menor que él, la cuidaba, la mimaba, la quería más que a su propia vida. Ella era bastante sensible y débil, su único amigo era él, su propio hermano, aun que a él le encantaba estar con ella quería que se relacionara más con otras personas de su edad. Pero ese día... ese puto día en que todo cambió...
-¿Qué es esto?
Preguntó  Somnus, interrumpiendo el hilo de sus pensamientos. Habían vuelto al apartamento y la chica había descubierto el retrete, que le parecía totalmente extraño.
-¿Qué es? -Volvió a repetir.
Jared se ruborizó, cosa bastante extraña en él, esperaba no tener que explicarle a Somnus cosas sobre la menstruación y derivados...
-Es lo que se usa para aliviar las necesidades... de tu organismo.
-Ah -Dijo simplemente, parecía que lo había entendido hasta que Jared vio como acercaba la cabeza hacia él.
-no, no, Somnus, no esas necesidades, no sirve para beber...
Esta vez a Jared no le hizo gracia, en cierto modo sentía compasión por ella, quería ayudarla como pudiera.
Somnus lo miró sin entender.
-Déjalo... si quieres agua yo te la doy, pero esto es para... cuando sientes esto lleno.
Dijo Jared, señalándose el vientre
Somnus asintió, está vez más convencida.

-Siéntate aquí un momento Somnus.

Le instó Jared, señalando el sofá frente a él.
Ella hizo lo que le pedía y se sentó, mirandole con aquellos ojos cristalinos e inocentes.

-¿No recuerdas nada de lo que pasó ese día?
Ella negó con la cabeza.
-No, yo me desperté y solo te vi a ti.

Aquella frase hizo sentir demasiado bien a Jared, le resultaba raro.
?
-Entonces, ¿no recuerdas nada? ¿un nombre, una calle, algo? ¿Y ese tal Lucas? Parecía conocerte...

Ella negaba una y otra vez.

-Lucas, es un hombre malo, lo vi en sus ojos, no es como tú.

-¿Como yo? -Preguntó Jared.

-Sí, tú eres bueno, eres noble... tus ojos lo dicen.

Jared la miró unos instantes sin decir nada, y acto seguido se sentó a su lado, abrazándola contra su pecho. Nunca sabía lo que la chica pensaba, pero en ese momento veía en sus ojos que estaba confusa y triste, se sentía sola.

-Mañana le pediré a Lauren que te deje ropa... le diré que se perdió tu equipaje.

Somnus asintió, aunque no entendió la última parte, no le gustaba mucho la ropa de Lauren pero se sentía sucia.

Al cabo de un rato Somnus cerró los ojos y se durmió acurrucada en el pecho de Jared, se sentía a gusto... protegida.

Jared también se durmió pero momentos después de estar observándola dormir. Era preciosa, se dijo.

Lo que no sabía es que otra persona los estaba observando desde el edificio de enfrente.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Capítulo 2.

Jared observaba a la muchacha dormir, parecía que estaba teniendo pesadillas, no quiso comer ni beber nada así que la dejó dormir toda la mañana.
A las tres de la tarde Somnus se despertó por un sonido repentino, una especie de "ding", no sabía lo que era. Entonces vio a Jared cruzar la habitación hacia la puerta, mirar por la mirilla y abrirla.
-BLAAAAAAAY, amorcito, no me has cogido el móvil en todo el día.... ya te echaba de menos.-La que acababa de hablar era una chica, a Somnus le pareció bastante guapa, tenía el pelo rubio largo y ojos color miel, pensó que vestía de una forma extraña, con una minifalda y una camiseta de manga corta. Llevaba unos tacones de infarto que le parecieron bastante feos.
¿Había dicho Blay? Pensó Somnus. ¿De quién era ese nombre?
Entonces "esa" se acercó a Jared, agarrándolo por el cuello y  besándolo, casi  como si se lo fuera a comer.
Para Somnus era algo nuevo, pues no recordaba lo que era un beso, así que se asustó, pensando que aquella chica estaba haciendo daño  a Jared, se levantó del sofá y fue corriendo hacia ellos, dándole un empujón a la recién llegada, tirándola al suelo.
-¡SOMNUS! Qué leches... ¿Qué leches haces?- Preguntó Jared, un tanto molesto.
-Ella, a ti, daño... yo la he apartado. -Contestó, con su forma peculiar de expresarse.
Jared no daba crédito a lo que oía, sí que solo pudo echarse a reír, bajo la mirada furiosa de "esa".
-No, Somnus, ella es Lauren, mi... amiga.
-¿AMIGA? Soy su NOVIA. ¿Quién eres tú, bruta?
Somnus miró a Lauren de arriba a abajo, sin ningún disimulo, e hizo una mueca extrañada, mirando a Jared.
-¿Por qué te llama Blay? ¿Qué es una novia?...
-Te he echo una pregunta, chica rara. Y novia es cuando dos personas se quieren, salen juntos, y... pues eso, Jared es MI novio.

Lauren volvió a hablar, con su voz de pija extremadamente molesta. Jared no podía parar de reír.
-Lauren, se llama Somnus, esta mañana... digo, es mi prima lejana, no habla bien nuestro idioma, por eso no entiende muchas de las palabras que dices. Y Somnus, Lauren solo me estaba besando, es lo que hacen los novios. Me llama Blay por mi apellido, todos mis amigos lo hacen.
Jared respondió  a las preguntas de ambas y, tras darle un suave beso en los labios a Lauren prosiguió.
-Somnus y yo debemos irnos ahora, nos veremos luego Lauren, adiós.
Jared se disponía a abrir la puerta de nuevo, pero Lauren se acercó a Somnus, susurrándole al oído-: Cuidado con lo que haces con mi chico, zorra.
Y acto seguido se fue por la puerta.
Somnus estaba totalmente extrañada, veía como Lauren meneaba el trasero de un lado a otro mientras llegaba al ascensor.
-Lauren es buena,  me ha llamado zorra, eso es bueno, ¿no? recuerdo los zorros, son animales muy bonitos.
-Ehm... vamos a ir a la policía Somnus, tenemos que averiguar de donde vienes.
-¿Policía?
-Sí, confía en mí.¿Puedes andar?
-Sí, yo puedo andar.
Jared asintió ante la respuesta de Somnus y la ayudó a levantarse y comenzar a caminar hacia la puerta. Con suerte Lauren ya se habría ido.
Cuando encontró a Somnus no llevaba consigo ningún documento, solo el vestido y unas bailarinas como calzado. Sería difícil averiguar algo sobre ella.
En cuánto alcanzaron el ascensor Somnus comenzó a ponerse tensa, no quería entrar en él.
-Vamos, Somnus, antes has subido en él.
Somnus negó con la cabeza.
-No estaba consciente,  no es lo mismo.
Jared la obligó  a entrar, pero pronto se dio cuenta de que algo iba mal, Somnus estaba hiperventilando.
-No, no quiero, no, no aquí no...
-Está bien, ya sabemos algo más, tienes miedo a los ascensores... supongo que tendremos que ir por las escaleras.
Y así fue, bajaron hasta la calle y fueron andando hasta la comisaría más cercana, curiosamente cerca del lugar del accidente de aquella mañana.

En cuánto entró Somnus, se les acercó un hombre alto, con bastantes canas en su oscuro pelo, llevaba una pequeña barba de unos tres días, llevaba un traje negro desgastado y sus ojos oscuros se clavaron en ella con descaro.
-Mi nombre es Lucas Mcgonang, necesita saber cosas, ¿verdad?
-¿Cómo dice?
-Necesita saber cosas sobre la chica que tiene al lado. Yo tengo las respuestas, nadie de aquí le dará ninguna.
-¿Pero usted es policía?
-¿Acaso importa?
Jared no comprendía nada, pero podía ver el miedo en los ojos de Somnus, por no decir las marcas de heridas que le dejaba en el brazo al clavarle las uñas.
-Malo, hombre malo... vamos a casa, a casa...
Susurraba Somnus.
Jared no lo dudó, supo que no podía confiar en aquél hombre, pero creyó en lo que había dicho sobre los otros: nadie contestaría sus preguntas. La mirada de Somnus se lo confirmaba.
Así que salieron de allí, sin decir nada, solo escuchando a Lucas llamarles desde la comisaría. Pero a Jared algo no le cuadraba...
Lo estaba llamando por su nombre y él no se lo había dicho.



Capítulo 1.

Siete de la mañana. Nueva York estaba desperezándose todavía, toda la calle con los mejores hoteles de la ciudad se encontraba desierta, salvo por unos cuántos coches que ya se encontraban moviéndose por aquella gran ciudad.
Todo turista que allí se encontrara debía estar durmiendo, o, quién sabe, quizá estuvieran desayunando.
Pero tras tres segundos de silencio se oyó un enorme estruendo. Un estruendo que hizo que Jared Blayton, un joven de unos 19 años, rubio, con ojos verdes y un codiciado cuerpo entre las mujeres tuviera que salir de su recorrido habitual hacia su puesto de trabajo en un restaurante de comida rápida. Solía ir todas las mañanas a trabajar hasta las 4 de la tarde, pero ese día no.
Ese día Jared tuvo que presenciar como dos coches chocaban en medio de la calle, delante de sus ojos.
Mucha gente se asomaba a las ventana, con la necesidad de saber qué ocurría, simple curiosidad morbosa.
En cuánto Jared fue corriendo a socorrer a los que se encontraban dentro de dichos coches, pudo  comprobar que había una chica tendida en el suelo, parecía inconsciente, pero no se encontraba herida.

Oscuridad, silencio y solo oscuridad. No, silencio no... podía escuchar como algunas personas gritaban, unas cuántos ruidos parecidos a un pitido, le sonaban, pero lo que no esperaba es que unas manos la zarandearan. La estaban molestando, ella estaba feliz en su inconsciencia, en su ignorancia, pero finalmente esas manos consiguieron lo que se proponían. Ella abrió los ojos. Puedo ver a un chico rubio de ojos verdes mirándola preocupado.

Jared no tenía tiempo para esto, nadie parecía haberse dado cuenta de que la chica se encontraba allí con él, consiguió que abriera los ojos, así que solo pudo preguntarla, escupiendo las palabras de forma rápida -¿Estas bien? ¿Necesitas un médico? ¿Cómo te llamas?-La chica pestañeó, Jared pudo observar como sus ojos azules se posaban en él, algo confusos. Observó también su vestido blanco, algo manchado debido al asfalto y su melena larga oscura algo despeinada, pero por lo demás la chica estaba bien, no parecía herida.

El chico la hacía muchas preguntas, sólo pudo asentir ante la pregunta acerca de su estado, pero las otras no las comprendía, el chico tuvo que preguntar de nuevo su nombre, pero ella no se acordaba de el.
Entonces le vino a la cabeza algo, una palabra, supuso que serviría. -Mi nombre es... Somnus.- Dijo, con un hilo débil de voz. Lo miró desconfiada y murmuró: -¿Tú tienes uno?- Jared sonrió, pensaba que debía llevarla a un hospital cuánto antes.-Sí, lo tengo. Me llamo Jared Blayton, y te voy a llevar a un hospital cuanto antes.
Ella pareció inquieta, negaba con la cabeza rápidamente y parecía asustada.-NO, NO ,NO, HOSPITAL, NO.- Decía.
Sin saber el motivo Jared se apiadó de ella y cogiéndola en brazos, la llevó  a su casa, un piso pequeño de un edificio situado en un área residencial de las afueras de la ciudad. La chica parecía tener unos 18, tal vez era de su misma edad, por lo que supuso que podría tenerla en casa solo unas horas, hasta que se recuperara.

Así  que allí la dejó, en el sofá de su casa. Pensaba llamar a la policía en cuanto pudiera.
No sabía quien era aquella chica, pero por lo visto, no se acordaba de nada.